La tristeza es real...

Me crié en una familia con 14 hermanos, todos del mismo padre y madre. Teníamos una chacra (terreno destinado al cultivo) que trabajamos casi todos. Mi padre era alcohólico y eventualmente mis hermanos también aprendieron a tomar y fumar. Así fue pasando mi niñez viendo a mi padre maltratar a mi madre, mis hermanos y a mi. Yo soy el hijo menor así que me tocó ver a cada uno de mis hermanos irse de casa por causa de la situación. Y así fui creciendo en ese mundo de peleas y alcoholismo.

Cuando cumplí 11 años, uno de mis hermanos mayores me empezó a manosear, queriendo violarme y muchas veces yo me escapaba, hasta que un día logró ultrajarme (en este contexto, la palabra ultrajarme, a que se refiere). Él me invitaba a casar por los montes o a pescar. La primera vez que él me manoseo yo le decía que no quería y él me decía que no tuviera miedo de que no me iba a hacer daño. Pero yo reaccionaba enojado.

Le conté a mis padres lo que me había hecho y ellos no me creyeron y encima me pegaron, ahí sí tuve miedo porque sabía que no me podía defender y no tenía a nadie para defenderme. Me deprimí mucho, a tal grado que atente contra mi vida tomando veneno y esperando morirme, pero hasta ahora no sé qué pasó porque el veneno no hizo efecto en mi cuerpo. Empecé a sentirme tan triste que pase de ser un niño alegre y al que le gustaba estudiar a repetir el año quinto de escuela. Mi maestra en ese año, llamó a mis padres para saber si algo estaba pasando en casa porque ella realmente me veía muy mal. Ese día, al regresar me pegaron. Ellos me empezaron a tratar muy mal. Por muchos años siempre rechacé los abrazos, no quería que nadie me tocara. Ahí mi hermano se fue de casa y yo empecé a pensar como vengarme de él y cuando él iba a visitar a mis padres yo le decía que yo iba a crecer y lo iba a matar por lo que me había hecho. Y así pasé mi juventud.

La primera vez que él me manoseo yo le decía que no quería y él me decía que no tuviera miedo de que no me iba a hacer daño.

A los 24 años mi madre tuvo un quebranto de salud. Empecé a tomar alcohol como toda mi familia. Aunque me llevaba bien con mi madre, el verla enferma era difícil y eso se sumó a todo lo que ya yo había atravesado los años previos. No le encontraba sentido a la vida y volví a intentar quitarme la vida tirándome de una represa alcoholizado, aparecí en la orilla con agua en el estómago pero tampoco sé cómo salí y esta situación. Más adelante llegué a vivir en la calle a causa de mi alcoholismo.

Recuerdo que a los 30, un compañero de trabajo me invitó a ir a un evento cristiano. Le dije que no pero el evento se realizó justo frente al lugar donde yo iba a tomar. Este compañero era un cristiano que estaba alejado de su fe pero en ese dia, mientras estabamos en la cantina, me invitó a salir para escuchar lo que hablaban, fueron cuatro días de ese evento y el último día tomé una decisión muy importante…

Si has atravesado por algo similar a mi historia, te animo a que hables con alguien aquí. Si dejas tu información de contacto, alguien de nuestro equipo se conectará contigo para escucharte y ofrecerte asistencia.

No tienes que enfrentar esto solo. Habla con un mentor, es confidencial.

Autor de la foto Jose Antonio Gallego Vázquez

No tienes que enfrentar esto solo, Habla con un mentor, es confidencial.

Estos problemas pueden ser difíciles de enfrentar. Si estás considerando dañarte a ti mismo o a los demás, por favor lee esto!

Por favor, completa el formulario a continuación para que podamos ponernos en contacto contigo.

Género::
Edad:

Pedimos género y edad para asignar el mentor apropiado. Términos & Privacidad.